Con el término «síndrome metabólico» se hace referencia a una condición compleja que es consecuencia, entre otras cosas, de un estilo de vida incorrecto. Podemos hablar de síndrome metabólico cuando están presentes tres o más factores metabólicos alterados. Estos valores por considerar son:
Como ya se ha dicho, se trata de una condición compleja y, por ende, las causas son múltiples. Entre las más recurrentes encontramos:
Nuestra alimentación influye también en la composición de la flora intestinal (microbiota) la cual, cuando está constituida por una alta variedad de especies bacterianas y existe una sana relación entre ellas, promueve el uso correcto de la energía procedente de los alimentos y la integridad de la mucosa intestinal.
Una alimentación incorrecta puede alterar la composición de la microbiota intestinal y crear un aumento de las bacterias que favorecen la absorción de las grasas ingeridas.
Todo esto puede determinar la alteración de parámetros metabólicos típicos del síndrome metabólico.
Cuando nuestros parámetros metabólicos superan los valores recomendados, es necesario tener en cuenta que podríamos estar frente a un problema «progresivo». De hecho, no necesariamente los valores de colesterol, triglicéridos y glucemia se alteran al mismo tiempo.
Por lo general, se altera uno, luego otro y así sucesivamente. Se comienza con un solo parámetro alterado, y si no se interviene modificando el estilo de vida o de forma terapéutica, se podría llegar al síndrome metabólico. Se produce una cascada de eventos que se amplifica con el tiempo involucrando a todo el sistema metabólico, inmunitario y cardiovascular.
Por ende, es importante reconocer y prevenir este tipo de riesgo incluso en presencia de uno o varios parámetros alterados.
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